martes, 12 de septiembre de 2017

Sin efectivo


Ya llevo 9 días en Beijing y ya no me siento perdido.
Hice una recapitulación de mi vida en el colegio y agradecí mucho el haber pasado lo que pasé; ahora hablo chino mandarín (no tan bien, pero soy bastante bueno) y me he podido desenvolver fácilmente en esta gigantesca ciudad.

Es interesante cómo los chinos, dentro de sus "limitaciones" [a las que los occidentales no estamos acostumbrados], pueden sentirse tan ellos mismos, manejándose día a día con sus teléfonos móviles.
De repente, me doy cuenta de que el dinero, tal y como lo conocemos, ya no es necesario para realizar transacciones cotidianas. De repente, me doy cuenta de que las tarjetas de crédito ya casi son obsoletas.

Estoy sin efectivo en la ciudad.
No, no he sido víctima de algún asalto o fraude financiero.
Aperturé una cuenta de débito china, vinculé mi tarjeta a mi cuenta de WeChat (algo así como el WhatsApp) y, ahora, casi todos los pagos los hago mediante este medio (estoy hablando del 97% de ellos).
Es interesante cómo puedo pagar en el supermercado, pagar la cuenta de un restaurante, prestarle dinero a un amigo, recibir dinero, darle limosna a alguien en la calle, encontrar alguna bicicleta pública (de las millones que hay en la ciudad) y alquilarla, comprar cosas, hacer seguimiento de paquetes, recargar mi tarjeta de transporte público (buses, trenes y metro, totalmente unificados) y pagar el taxi...

Lo más interesante de eso no es que que use mi teléfono, sino que haga todo lo anterior sin tener que cambiar de aplicación. Desde la misma aplicación con la que chateo con mis amigos.

En estos momentos, me encuentro sin efectivo. Ya no lo necesito. Me siento más libre.
Son muchas cosas de las que tendría que hablar de este país, pero tendría que dejarlo para otras entradas. Es demasiado complejo y simple a la vez.

Aunque, como en toda distancia... Me siento solo.
A más de 16 mil kilómetros de casa, estoy solo en una ciudad en la que no soy más que un número de pasaporte registrado en migraciones.

Cruce peatonal

Dejé de mirar a los lados al cruzar las pistas. Dejé de desayunar al iniciar el día. Dejé de almorzar. Dejé de cenar. Empecé a tomar más y m...