martes, 11 de enero de 2011

Una puerta a mi mundo.

Dentro de los muy penosos momentos que me ha tocado vivir (fallecimiento de mi abuelita el 25 de Diciembre del 2007, por ejemplo), por lo menos se pueden rescatar anécdotas simplemente fantásticas.
Aquellas anécdotas llenas de ensaladas de fideos, témperas en las manos y en los pies, risas en algún McDonald's y carcajadas por doquier.

Aquellas anécdotas que de sólo empezar a recordar hacen lagrimear nuestros ojos de felicidad y provocan una ligera sonrisa inclinada hacia la derecha.
No es posible curar la enfermedad de vivir. La idea es saber conllevarla. Y si nos hace sufrir un poco...
Pues, ¿saben algo?...
Hay que castigarla viviéndola. Hay que respirar profundamente y atacar.
No creo que debamos esperar al Fin del Mundo para decir las cosas.
No creo que debamos esperar al Fin del Mundo para decir lo que sentimos.

Hay días en que el mar me trae, en la marea, la noción.
Nunca está de más darse un tiempo para caminara pensar, para acomodar nuestras ideas.
A mí me funciona. No sé si a ti, mortal, te funcione...
Es así como trabaja mi mente. Es así como trabajo yo: escribo.
Y no escribo para ganar dinero -porque sé que no soy lo bastante bueno-, pero lo hago por placer.
Por el placer de liberarme un poco y descargar mi alma.

Es gracioso que, cuando un trabajo está terminado, es cuando se descubre una manera más sencilla de hacerlo.
(Cuarta ley de Murphy [sobre la construcción])
Bueno, felizmente no siempre es el caso.
Mi trabajo personal es el escribir. Y cuando acabo, descubro una manera más difícil de hacerlo.
La siguiente nota intento hacerla aplicando esa manera más difícil y, al final, encuentro otra más difícil.

Entonces, como se habrán dado cuenta, si algo nos gusta de verdad, buscaremos un método más difícil para ejecutarlo.
A mayor dificultad, mejor la calidad.

Si llegaste hasta aquí, sin aburrirte: GRACIAS.
Si llegaste hasta aquí, con sueño: MUCHAS GRACIAS (te tomaste el tiempo).

Esta nota es especial para mí porque no sólo la escribo para liberarme, la escribo dedicándola a todo aquel que se sienta identificado con ella.

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